En este artículo te presentamos la obra que reemplaza a Kimetsu no yaiba también conocida como Demon Slayer. Jujutsu kaisen también conocida como Guerra de hechiceros o Guerra de magias es una obra creada por Gege Akutami en 2018. En el siguiente artículo explicaremos qué factor ha catapultado a esta obra por encima de Kimetsu no yaiba y como a través de una pendularidad entre ambas se conjura el paradigma de la época!
Ninguna obra reemplaza, hablamos de potenciar
El fenomeno de Kimetsu no yaiba, con ejemplos como una congresista nipona citando una frase de la obra frente a las personas que dan dirección al pais ha provocado sin dudas algo que no se contemplaba desde el funeral en la vida real para un personaje ficticio de la obra de boxeo Ashita no Joe (1968) u otros aspectos salidos del manga que conmocionaron a la sociedad nipona: otro funeral ficiticio, para Raoh, de Hokuto no Ken. Si tenemos en cuenta obras como Yuyu Hakusho o Weiß kreuz sabemos que una gran combinación de personajes ajusta los engranajes de una obra con una precisión infalible. Así fue el caso de Slam Dunk.
Sin embargo en el caso de Guerra de Hechiceros (Jujutsu kaisen), principalmente se desarrolla por efecto, para saciar el hambre de historias que reflejan la oscuridad de los tiempos, por parte de los fans de Kimetsu no yaiba. No es la primera vez que el rebrote enciende el fanatismo por una histórica siguiendo un golpe de efecto que se desata en "domino" gracias a la otra.
Como en el caso de Kimetsu no yaiba donde su protagonista pierde a su hermana y esto moviliza una gran fuerza interna, debemos explicar que ambos protagonistas, también el de Jujutsu kaisen, se encuentran impregnados en el propio concepto ikigai. Pero cuando decimos ikigai, a que nos referimos? Explicaremos este sentimiento japonés, párrafos abajo
Dos potencias se saludan
Guerra de Hechiceros (Jujutsu kaisen) presenta la premisa en la que apuntarse a un club de ocultismo en vez de realizar deporte resulta en un viaje iniciático justo después de encontrar y abrir una caja que contiene un hechizo maldito que se asemeja a un dedo podrido, su escuela es atacada por criaturas fantasmas conocidas como maldiciones.
Tanto en Kimetsu no yaiba como en Jujutsu kaisen una sombra pandémica se cierne sobre los protagonistas, todos parecen movilizarse sin mencionarla pero como un secreto a voces, oscurece la atmosfera gradualmente, manifestando sentimientos preocupación y angustia.
Un concepto que se cierne de vida en tiempos de muerte
El anime fue siempre un reflejo de la sociedad japonesa, los ideales y motivos que movilizan a cada protagonista han causado influencia en muchos espectadores. Ikigai es un concepto profundo de la cultura japonesa: 生き甲斐. Significa, el motivo que nos hace vivir.
La razón por la que vivimos. Esa que va a hacer que nos despertemos temprano como si un reloj mental no nos entregase completamente al sueño: una intención fluctuante entre el sueño y la vigilia. El ikigai se cierne de los engranajes que nos movilizan pero también de la alegría de vivir, es decir de aquello que no vemos con los ojos
Tokyo dark: El COVID-19, mutaciones y los animes oscuros
Los tiempos reflajan el interior del ser y el arte se convierte en un gran espejo donde esto se refleja. La noche se cierne en Tokio. La gente lleva adelante sus vidas sin encontrar un sentido para ellas, quizás desde la mayor simpleza zen simplemente “se vive”. Si pensamos en una obra oscura previa a la pandemia, recodamos a Tokyo Ghoul, sin embargo comparando esta historia con Kimetsu no yaiba resulta mucho mas clara o ingenua en terminos del concepto de giri u obligación.
El caso de Japón encuentra a los extranjeros entre mitos y robots del sistema automatizado entrando en escena como participantes a futuro inmediato que responde a una sociedad declarada como superpoblada por adultos mayores y en necesidad de contar con mano de obra extranjera urgente. Kimetsu no yaiba y otras espejan un sentimiento al unísono en épocas de pandemia.
Percibiendo los titulares de los medios de forma estricta para con una sociedad superpoblada por adultos mayores la llegada del ente pandémico lacerando ritos de juventud imprime una situación acorde al interés que historias oscuras como Kimetsu no Yaiba o Jujutsu kaisen reflejan provocando en los jóvenes, lo que en ellos se transparenta. Tristezas compartidas
Doce Lunas Demoníacas
A traves de los tiempos las obligaciones, los pesares de las personas han dado cauce en el arte. Dado que Japón vivió momentos dramáticos producto de las guerras como una de sus influencias, la tasa de natalidad japonesa, calculada sobre los metros cuadrados del archipiélago que forma al Japón, en su momento, ha llegado a un pico que como se entendería naturalmente, a posteriori, es decir en el presente tuvo un poderoso descenso.
Conclusivamente diremos que el film de Kimetsu no yaiba ascendió a 32.400 millones de yenes, superando así a El Viaje de Chihiro y convirtiéndose en la película más taquillera de la historia de Japón. Con este dato revelador que establece tocar un fondo, desde el fin del tunel hacia la luz, la sociedad japonesa desea superar la pandemia y que esta obra solo perviva en el recuerdo de la (si bien aislada, encerrada) intensidad con la que los jovenes han atravesado el COVID-19 en sus vidas
Tal como el caso de la tela cuadriculada de negro y verde, que ha expandido el fenomeno de Kimetsu no yaiba hasta mascaras anti COVID-19 o sobres para introducir el tabaco, utilizados por los higienicos fumadores japoneses, debemos ver a las obras mas cercanas a la gente tal como su propio espejo. Las mismas se hacen presentes brindando abrigo emocional a los jóvenes frágiles, en el viaje de la vida
