¿Qué significa iaido? iaido significa "El arte de desenvainar la espada japonesa". El kenjutsu es el pretérito antecesor del kendo, siendo este el camino ancestral de la espada. Previo al kendo existían escuelas kenjutsu, debido a que la espada o katana existe en Japón desde la más pretérita antigüedad y fue perfeccionándose en su propia singularidad. ¿Cuándo surgen las técnicas de iaido? Estas técnicas de desenvainado y envainado surgieron entre los siglos XV y XVI
Metafísica del desenvaine
No es casualidad que en la actualidad los mejores cuchillos y cuchillas sean japoneses, pertenecen a la tradición profunda de la espada. En el plan de la disciplina marcial, asombrosas y únicas tradiciones como el Sumo, Aikido abordan una profunda tradición nipona.
El kenjutsu es el pretérito antecesor del kendo, siendo este el camino ancestral de la espada. Previo al kendo existían escuelas kenjutsu, debido a que la espada o katana existe en Japón desde la más pretérita antigüedad y fue perfeccionándose en su propia singularidad.
Estas técnicas de desenvainado y envainado surgieron entre los siglos XV y XVI.
Desenvaine, metáfora de venir al mundo
Muchos desconocen al iaido. Su nombre proviene de la frase 常に居て、急に合わす es decir, estar "siempre en guardia" para "confrontar velozmente" al oponente. El iaido es el "camino del desenvaine". También son importantes aspectos como la precisión, el equilibrio, la amplitud de los movimientos o la atención, entre otras muchas cosas.
El exacto acto del desenvaine posee cualidades de la poesía haiku y del zen, donde filosóficamente se refiere un movimiento que no es movimiento. Los kata de iaidō constan de cuatro fases, pero que toman formas distintas según la situación:
Nukitsuke: Desenvainado rápido
Kiritsuke: Corte al oponente
Chiburi: Escurrimiento de la sangre de la hoja
Nōtō: Regresar el sable a la vaina
Dado que las espadas japoneses poseen un filo de gran poder, los encuentros o incidentes se estiman en fracción de segundos. Analizado de cerca, se percibe que, el centro del encuentro radica en el desenvaine de la katana. Fuerza, poder, poética, velocidad y aspectos filosóficos, esotéricos y a su vez realistas.
¿Qué significa iaido? El arte de desenvainar la espada japonesa
Misterio, sabiduría e inmobilidad
Metafísica del desenvaine
Así pues, aunque se hable de “Genio inmóvil”, de hecho se trata de un estado inmóvil del espíritu único del hombre o, dicho de otro modo, permanecer “sin conturbarse”. “Sin conturbarse” significa “no detenerse en cada cosa”.
A la vista de una cosa no circunscribir a ella el espíritu, eso es lo “inmóvil”. Porque si el espíritu se circunscribe a una cosa, al amparo de toda suerte de diferenciaciones en el espíritu, se imagina multitud de cosas y el espíritu se conturba.
Ahora bien, incluso si el espíritu circunscrito se mueve, en el fondo no se mueve en absoluto.
Algunas menciones a la anatomía de la espada japonesa
- Hamon: línea diferencial del temple de la hoja.
- Iori-mune: tipo de nervio de la hoja sin rebaje
- Kissaki: punta
- Mei: firma del armero, normalmente en el nakago
- Mekugi-ana: agujeros para los pasadores
- Menuki: aplicaciones metálicas ornamentales
- Mune: contrafilo
- Niké: rebaje del nervio
- Samé: forro de la tsuka. Solía ser de piel de tiburón o raya
- Saya: vaina de la katana
- Sori: curvatura
- Sugata: tipo de hoja
- Tsuba: guarda, rodela. Separaba la hoja del mango
- Tsuka: mango
- Yokote: línea que separa la punta del resto de la hoja
El iaido, junto con el judo, karate, sumo y kyudo (arquería japonesa) forman parte de la tradición deportiva del Japón. Sin embargo solo dos de estas forma parte de los deportes japoneses practicados en las Olimpiadas. A continuación deseamos actualizar la situación deportiva en cuanto a espectadores con respecto a las limpiadas Tokio 2020.
Artículos destacados
Heart of a sword....
Japón se ha forjado gracias y por la espada y en el iaido reposa no solo la historia, también el corazón de una increible nación con una cultura incomparable. La espada es iaido y iado es el corazon de Japón.
Quizá no lo vemos pero el espíritu se adhiere a las cosas.
Por tanto vivir es fluir, sin quedarse en ellas